top of page
Buscar

¿El psicoanálisis es para mí?

Todos los animales tienen impulsos, algo que los empuja a la acción, desencadenado por sensaciones corporales. Estos impulsos se llaman «instintos». Los instintos animales son esenciales para su supervivencia y procreación: sentir hambre, sed, frío, calor, miedo y buscar pareja son ejemplos. Si no existieran, los animales mismos no existirían.


ree

Pero los seres humanos tenemos una característica que nos distingue de otros animales, y no me refiero al pensamiento; al fin y al cabo, no sabemos si los animales no piensan. Los humanos, a diferencia de otros, buscamos el placer, incluso cuando no está directamente relacionado con la supervivencia.


Si tenemos sed, no solo bebemos agua. Queremos un jugo de fruta, un refresco de mandarina con hielo, un refresco de esa marca famosa, un vino Malbec de Argentina, una cerveza artesanal… Intentamos saciar el hambre comiendo, pero no se trata solo de comer, ni solo cuando tenemos hambre. También queremos comer esa pizza deliciosa y carísima que solo está disponible en esa pizzería al otro lado de la ciudad, que nos recuerda nuestra infancia y tiene un sabor que nunca olvidaremos.


Los seres humanos anhelamos más. Como dice la canción "Comida" de Titãs:


La bebida es agua

La comida es pasto

¿De qué tienes sed?

¿De qué tienes hambre?


No solo tenemos sed ni hambre. Tenemos sed y hambre de algo.

Vivimos detrás de lo que da placer y huimos de lo que causa displacer.

ree

Trabajamos porque tenemos que hacerlo, claro, pero siempre intentamos encontrar un trabajo que nos brinde placer, combinar la obligación con algo que tenga sentido para nosotros. Aun así, si pudiéramos elegir, quizá preferiríamos estar tumbados en una hamaca, viendo la puesta de sol.


El problema es que no siempre podemos evitar el sufrimiento. A veces, sin entender por qué, repetimos situaciones que nos hacen daño: entramos en las mismas malas relaciones, tomamos las mismas malas decisiones, reaccionamos de maneras que solo nos perjudican a nosotros mismos o a quienes amamos. Sufrimos y no sabemos por qué. Sentimos ira, miedo, envidia, culpa, y no podemos explicar de dónde viene.


Otras veces, el sufrimiento se manifiesta en el cuerpo: dolores de cabeza, dolor de espalda, problemas digestivos, síntomas que parecen no tener explicación. También hay quienes se sienten perseguidos, oyen voces, tienen la sensación de vivir en otro mundo.

ree

Los seres humanos somos complejos. Y cuando algo así sucede, es difícil encontrar una salida. Muchas personas pasan toda su vida atrapadas en los mismos errores, como si una parte de ellas tomara decisiones sin su consentimiento. Es como si hubiera un "yo oculto" que apareciera de repente, causara daño y luego desapareciera, dejando un rastro de dolor.


Intentamos resolverlo. Buscamos ayuda. Pero sentimos que este "yo misterioso" se esconde en un rincón inaccesible de nuestra mente, y después de un tiempo, todo empieza a repetirse.


Esto sucede porque nuestra mente no se compone solo de la parte consciente —la que está aquí, leyendo este texto, comprendiendo lo escrito—. También hay una parte inconsciente, donde residen nuestros conflictos más profundos, dolores no procesados, miedos y repeticiones.


A finales del siglo XIX, un hombre se dio cuenta de que muchas personas sufrían exactamente lo mismo. Dedicó su vida a comprender qué se escondía tras estos síntomas y creó una técnica para acceder a esa parte oculta de la mente.

Esta técnica se llama psicoanálisis. Y quien la inventó fue Sigmund Freud.

ree

Cuando dos personas se encuentran y, a través del psicoanálisis, se crea un espacio para hablar y escuchar, es posible indagar en la propia historia, comprender lo que antes parecía inaccesible y dar nombre a lo que se repetía en la oscuridad. Y poco a poco, algo se reorganiza. Los síntomas pierden fuerza, la vida gana espacio. Es posible sufrir menos, o al menos, sufrir con más dignidad, como diría Contardo Calligaris.


Así que, cuando alguien pregunta: "¿Es el psicoanálisis para mí?", la respuesta es simple: sí. Porque, al igual que el psicoanálisis, eres humano.



 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page